En el marco del Día contra la Gordofobia, que se conmemora cada 4 de marzo, queremos reflexionar sobre la importancia de erradicar los discursos discriminatorios que afectan a las personas gordas. A menudo, sin darnos cuenta, reproducimos frases que refuerzan estereotipos dañinos y contribuyen a la discriminación basada en el peso. A continuación te compartimos cinco frases gordofóbicas que solemos usar de manera cotidiana y que debemos eliminar ya de nuestro vocabulario.
Este tipo de comentario refuerza la idea de que perder peso es siempre algo positivo y que la delgadez es sinónimo de belleza y salud. Además, ignora el hecho de que una persona podría haber adelgazado debido a problemas de salud, estrés o trastornos alimenticios.
Esta frase opone la belleza a la gordura, como si ser gorda y ser hermosa fueran conceptos excluyentes. La realidad es que la belleza no depende del peso y todas las personas, independientemente de su tamaño, merecen sentirse bien consigo mismas.
Esto refuerza la idea de que las personas gordas no deberían usar ciertos tipos de ropa y que, al hacerlo, están desafiando una norma establecida. Nadie debería necesitar “valentía” para vestirse como desee, sino simplemente sentirse libre y cómoda con su propio cuerpo.
Este tipo de frase demoniza ciertos alimentos y refuerza la cultura de la dieta, promoviendo la idea de que el valor de una persona está ligado a lo que come. Todas las personas tienen derecho a disfrutar de la comida sin sentir culpa ni ser juzgadas.
Este comentario sugiere que una persona gorda no puede ser completamente atractiva a menos que pierda peso. Es una forma sutil de decir que su cuerpo no es válido tal como es, lo que refuerza estándares de belleza dañinos y poco realistas.
Es importante que entendamos que las palabras tienen un gran impacto en la forma en que percibimos y tratamos a las otras personas. Ser conscientes de cómo nos expresamos es un paso importante para construir una sociedad más inclusiva y respetuosa con todos los cuerpos. Eliminemos la gordofobia de nuestro lenguaje y promovamos el amor propio y la diversidad corporal.
En lugar de usar frases que giran en torno al peso, podemos halagar aspectos más significativos, como decir: “Tienes un estilo increíble, todo lo que usas refleja tu personalidad y te queda espectacular” o “Tu energía ilumina cualquier lugar, siempre contagias alegría”. Esto resalta su esencia y autenticidad, en vez de reducir el valor de una persona a su apariencia física.
Otra alternativa es enfocarnos en cualidades emocionales y personales que realmente hacen a alguien especial. En vez de decir “Te ves súper bien, ¿has bajado de peso?”, podemos decir: “Te noto radiante y llena de vida, transmites una vibra hermosa” o “Me encanta lo segura que te ves, es inspirador verte tan en sintonía contigo misma”. De esta manera, fomentamos una autoestima basada en el bienestar, la confianza y la autenticidad.